lunes, 14 de junio de 2010

Quinto seminario.

A continuación vamos a hablar del quinto seminario. Éste fue llevado a cabo el 5 de Mayo del presente año. En él intervino una alumna de nuestra carrera. Ella es Silvia Siria López. Ella nos habló a cerca de su experiencia como profesional en la cárcel.

Según nos comentó hay bastante complicación a la hora de entrevistar a los encarcelados. Ésto no lo veo lógico ya que si esa persona quiere ser entrevistada no entiendo cual es el problema. Esto atentaría contra su libertad, al igual que lo hacen muchos de los aspectos de las cárceles, ya que la cárcel en sí es en lo que se basa principalmente, en cohibir la libertad de las personas.


Nuestra invitada nos narró cómo habían sido sus comienzos para poder adentrarse en este mundo que, personalmente, me resulta muy interesante y a la vez enigmático. Comenzó explicándonos como están clasificados los presos. Así diferenció entre preso preventivo, el cuál aún no ha salido el juicio, y preso penado, es decir aquel preso que ya está cumpliendo la condena dictada por el juez. También destacó que entre los presos había un apartado dedicado a aquello presos que tienen entre 18 y 21 años.


De igual forma nos ha hablado acerca de cómo acceden a los puestos tanto educadores como trabajadores sociales. Los últimos acceden gracias a oposiciones específicas de su perfil. Sin embargo los educadores sociales no son específicas dichas oposiciones, sino que puede acceder cualquier titulado que apruebe.

A continuación nos habló acerca del papel del educador y del trabajador social. Éstos se limitan prácticamente al trabajo burocrático, dejando atrás por lo tanto la intervención socioeducativa, lo cual deja en evidencia la inutilidad de las cárceles.


Además, para apostillar más esta idea, nos informó que cada educador tiene entre 140-144 presos a su cargo. Lo cual es bestial, ya que es muy poco probable que se pueda intervenir de forma correcta y productiva así. Ésto sucede aunque la ley establezca que deba de haber 50 por cada educador, lo cual me sigue pareciendo muy inapropiado.
A ésto tenemos que añadirle que en los períodos vacacionales o de bajas de los empleados, en base a la experiencia de esta chica, las sustituciones son insuficientes por lo que el número de usuarios por educador se incrementa aún más, con todas las consecuencias que ello conlleva.

En base al trabajo propiamente dicho que realiza cada profesional nos comentó que ambos entrevistan al preso. El educador social sin embargo se encarga de la clasificación y de dictaminar el módulo al que irá los y el trabajador social cumplimenta la ficha sobre los datos a tener en cuenta del preso.


Éstos profesionales además del ya mencionado alto número de usuarios se encuentran con muchas más trabas a la hora de desempeñar su trabajo, tal y como la falta de espacio, de motivación, de medios y recursos, de cooperación entre entidades y un largo etcétera que hacen que la reinserción social y la reeducación en general no sea generalmente una realidad en las cárceles.



Éste seminario nos ha resultado muy interesante ya que es un tema que me gusta bastante y éste me ha servido para acercarme a él. En él he podido obtener más argumentos para seguir ratificando mi idea, acerca de no estar de acuerdo con la existencias de las cárceles, la cuales en base a lo aquí visto no tienden a educar, la cuál debe de ser su misión y, además, para colmo, cohíben uno de los valores que considero más preciados para el ser humano, la libertad.

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