sábado, 12 de febrero de 2011

Símbolos

Frases. Continuamente están llegando a nuestra cabeza miles de frases. “Buenos días” " Me voy a leer, ¿a qué hora entramos mañana?" “¿Qué pasa?” “¿A qué no sabes lo que he visto hoy en el Tuenti?” “¿Cómo te ha ido el día?” “Ayer me encontré a David, no veas lo gordo que está y feo, está feo” “Pon la mesa mientras yo hago la comida que va a llegar tu padre y se tiene que ir al gimnasio” “Estás tonta, ¿eh?” “Va a caer una hoy…” “Coño puto” “¿Ha llamado alguien esta tarde?” “¿Dónde vas?” “Gracias” “Niña, ¿qué hay para merendar?” “Tengo que contarte algo, ¿podemos hablar?” “¡Cierra las ventanas que está lloviendo!” “Te echo de menos” “¿Has limpiado ya eso?” “Gracias por estar siempre ahí” “Hasta luego” "Goodmorning" "¿Primita vas a venir hoy?"…

No somos conscientes de la de palabras que llegan a nuestra mente cada día. Hay frases que consideramos que son importantes y frases que consideramos que no lo son. Hay veces que llegan y tal como llegan se van. Y hay veces que llegan y, sólo con la muerte, desaparecen. Hay frases que te dicen sin ninguna importancia y no dejan huella. Hay frases sin embargo que traspasan tu alma y consiguen permanecer en ti indefinidamente. Hay veces que quien lo dice lo hace sin darle importancia y hay veces que quien lo dice está muy orgulloso de que tengan ese peso, de que esas frases tengan ese valor. Sí, esas frases que cuando llegan a ti hacen que nunca nada vuelva a ser como antes. Esas frases que marcan un antes y un después.

También existen las frases que se disparan con ilusión, palabras cargadas de sentimiento, y que sin embargo son recibidas y devueltas al momento. Frases que aunque nunca llegaron con la intención esperada a quien las ha pronunciado nunca se le olvidaran. Esas frases que también marcan un antes y un después, esas frases que aunque no hayan sido recibidas como esperabas, para ti suponen una marca imborrable en el alma.

Si nos damos cuenta son sólo palabras, sólo letras, símbolos… Símbolos que construyen nuestro día a día, nuestras ilusiones, nuestros sentimientos, nuestra vida. Símbolos que no nos damos cuenta y emitimos y recibimos sin saber que pueden llegar a ser cruciales, sin saber que pueden esconderse en nuestra alma y, sin más, determinar nuestra vida.

1 comentario:

Pablo Herrera dijo...

Muchas veces lo que parece más trivial, esos símbolos, acaban siendo lo más importante. Simplemente párate a pensar en lo que sería nuestra vida sin ellos, nada. Me ha gustado mucho esta entrada.