sábado, 27 de noviembre de 2010

Como dijo Alaska ¿A quién le importa lo que yo haga?

Hace bastante tiempo vino a mi mente gracias a ver el tráiler de la película Castillos de Cartón una idea que no había meditado mucho. Se trata de la posibilidad de relaciones amorosas y/o afectivas entre más de dos personas.

Es cierto que esta idea la había contemplado pero siempre entre personas de otra cultura y nunca de esta, no porque no esté de acuerdo ni mucho menos, ya que cómo dijo Alaska en favor de la libertad,  ¿a quién le importa lo que yo haga?, sino simplemente porque nunca se me había pasado por la mente esa posibilidad. Y mira que me encanta reflexionar y cavilar… pero no, nunca pensé en ello hasta hace algo menos de un año.

A partir de ese momento analicé la idea y me cree una opinión en base a ella. Es la siguiente. Dado que creo en la libertar considero que es una opción tan válida y respetable como otra. Dado que creo en la libertad afectivo-sexual creo que cada uno es libre de estar con quien le de la real gana. Y dado que creo en la igualdad de derechos y oportunidades para todos creo que es necesario un espíritu de lucha y reivindicación social. Es necesaria la concienciación social con respecto a esta idea tan apartada e ignorada, por eso desde estas líneasm, entre otros, pongo mi granito de arena.
Analizando la idea diré que estamos ante un tema por descubrir para gran parte de esta sociedad. Estamos ante una idea muy poco presente en la mente de esta sociedad. Es un aspecto olvidado y discriminado.

Nos encontramos ante una clara discriminación ya que las personas que quieran mantener este tipo de relaciones en España ven cohibidos sus derechos de forma bestial.

Hay un gran rechazo legal, ya que no pueden casarse en este país, no pueden formar “pareja” de hecho, no pueden adoptar…

Y además hay un rechazo social protagonizado por el miedo a lo diferente, tal y como ocurre a día de hoy con las personas lgtb, pero, considero que en este caso generalmente en mayor grado. Es comparable, salvaguardando las diferencias, a la situación lgtb de hace varios años.

Según he podido informarme hay pocas personas que en este país tengan este tipo de relaciones de forma visible y pública. En esto supongo que tiene un gran peso el determinismo sociocultural que nos limita tanto y de forma tan intensa a la vez que sutil, ya que consigue casi siempre hacerlo pasando inadvertido.

A esto además debemos de sumarle la de tabús, estigmas y etiquetas que nos limitan con respecto al cuerpo, al sexo y las relaciones amorosas en esta sociedad: si tienes pareja sólo es socialmente aceptado que mantengas de forma pública relaciones sexuales con ella, si te acuestas con un amigo ya se tiende a pensar es algo más que eso, si una mujer y un hombre tienen una relación de amistad estrecha también es probable que se especule sobre si es sólo amistad, si eres promiscuo, te gusta mostrar tu cuerpo sin tener confianza con el observador o si te gustan prácticas sexuales como el sadomasoquismo está normalmente mal visto, si eres bisexual consideran normalmente que eres vicioso (considerando generalmente además que es malo ser vicioso, no entiendo el porqué), si eres homosexual y tienes relaciones con alguien de diferente sexo al tuyo no tiende a ser respetado, de igual modo que si eres heterosexual y mantienes relaciones con alguien de tu sexo, y un sinfín de hechos más que nos limitan cada día y que me llevaría una hora mencionando.

Volviendo a las relaciones aquí analizadas diremos que estamos por tanto actualmente ante una minoría social y como casi siempre las minorías se ven discriminadas y estigmatizadas por ello, simplemente por no ser normales, por ser minorías. A lo que además hay que añadirle dichos tabués y estigmas sociales con respecto al sexo y al amor. Estamos por tanto ante una idea que está doblemente discriminada.

Por eso considero que debemos de luchar. Luchar para que una vez más el ser diferente no sea sinónimo de discriminación. Luchar por la tolerancia, el respeto y, por supuesto, luchar por la libertad.

1 comentario:

Pablo Herrera dijo...

Qué voy a decir yo, que tienes toda la razón del mundo. Ojalá se rompan estos estigmas y cada cual pueda vivir como le plazca.